#SYNOD2018 – interventi Mons. Eduardo Garcia
5 ottobre intervento programmato (ES)
il 4 ottobre intervento libero (ES – IT)
Agradezco al Santo padre la posibilidad de pensar y proyectar sobre los jóvenes y sus desafíos a nosotros que estamos en edad de jugar a abuelitos buenos.
Y ese puede ser uno de los riesgos. Pensar en la juventud desde nuestro lugar y eso crea una idea prejuiciosa. Hemos escuchado que la juventud tiene problemas. Muchos de esos problemas los vemos nosotros; ellos no los experimentan como un problema. No nos estamos dando cuenta que el problema lo tenemos nosotros en nuestra misión porque a ellos no les importa. Tambien hemos escuchado reiteradas veces el verbo “escuchar”. Los jóvenes necesitan y piden ser escuchados por la Iglesia, por los pastores etc. Pero: ¿De qué jóvenes estamos hablando?De los que están en la iglesia, los que se acercan o aquellos a los que nos acercamos… porque para el diálogo hace falta el encuentro.
Creo que tenemos que agregar el verbo “mirar”. Tenemos que aprender a mirar a los jóvenes que no se acercan; sus lugares, sus modos de comunicarse, de buscar, de celebrar, de vivir. Mirar para poder poner los gestos que rompan la “incomunicatividad existente”. Los jóvenes no son un sector esterno y estático. No podemos mirarlo como un problema; que se arregla con algunas estrategias pastorales esperando que ese tiempo y esa realidad pasen para que todo lo que hacemos vuelva a ser como antes. Nada volverá a ser como antes. Si no aprendemos a comunicarnos con los jóvenes posiblemente en poco tiempo tampoco podremos hacerlo con los jóvenes que han dejado de serlo y que son la sociedad de mañana.
Gracias.
IT
Abbiamo ripetutamente ascoltato il verbo “ascoltare”. Penso che dobbiamo aggiungere il verbo “ guardare”. Dobbiamo imparare a guardare i giovani che non si avvicinano; i loro luoghi, i loro modi di comunicare, di cercare, di celebrare, di vivere. Guardare per poter cogliere i loro gesti e rompere la incomunicabilità esistente
I giovani non sono un settore esterno o statico. Non possiamo considerarli come un problema che si sistema con alcune strategie pastorali in attesa che questo tempo e questa realtà passino, in modo che tutto ciò che facciamo torni a essere come prima. Niente tornerà a essere come prima.
Se non impariamo a comunicare con i giovani possibilmente in breve tempo, non saremo in grado di farlo con i giovani che hanno smesso di esserlo e che sono la società di domani.
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