¡Qué  impresionante  comienzo de este Pre-Sínodo! Somos más de 300 jóvenes de todo el mundo con un gran deseo de decir lo nuestro y de decirle a la Iglesia y al mundo qué somos y qué queremos ser protagonistas de este presente.

El discurso del Papa Francisco fue atractivo y muy claro: nos instó a hablar valientemente y escuchar con humildad, porque el deseo de la Iglesia de interrogar a los jóvenes es grande y la contribución que cada uno de nosotros haga en estos días será indispensable para el Sínodo de los obispos de octubre.

El Papa no quiso “mantener una distancia segura” y primero se colocó en la línea respondiendo a las preguntas no anestesiadas que algunos jóvenes le daban.

El Papa Francisco tiene razón: los jóvenes queremos una Iglesia más cercana y adultos que nos ayuden en las decisiones más importantes, que se acercan a nosotros con sus consejos y sus errores.

Y por supuesto  debemos aprovechar esta oportunidad que la Iglesia nos ha dado y seguir las indicaciones del Papa, es decir, el riesgo, para atreverse a abrir nuevos caminos y a pesar de los obstáculos que vivimos con prudencia y sin miedo, con la creatividad de los apóstoles y recordándonos que nunca debemos desarraigarnos del pasado, sino ser profetas de los sueños de los antiguos.

Por la tarde comenzamos el trabajo de los grupos lingüísticos respondiendo las 5 preguntas relacionadas con los desafíos y oportunidades en el mundo de hoy de los jóvenes. Esta comparación nos llevará a la redacción del documento de la Juventud que servirá a los obispos para el Sínodo de octubre.

Bueno, realmente creo que no podemos dar marcha atrás, pero tenemos que asegurarnos de que todo lo que el Papa nos ha dicho se convierta en nuestra forma de vida, en realmente construir un mundo mejor desde todos los rincones de la tierra.

Luisa Alfarano – FIAC Coordinación Jóvenes

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