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Creíble, alegre y transparente. El documento final del presinodo

 El rostro de una iglesia joven
Luisa Alfarano*

Te invito entonces, esta semana, a expresarte francamente y con total libertad, lo dije y lo repito. De “cara a cara”. Ustedes son los protagonistas y es importante que hablen abiertamente. “Pero estoy avergonzado, el cardenal me escuchará …”. Qué descubrimiento, está acostumbrado. Te aseguro que tu contribución será tomada en serio. Desde ahora voy a decir gracias “.

Con esta invitación Francisco ha comenzado la reunión de pre-sinodal “Hablemos juntos”, celebrada en Roma 19 a 24 marzo de 2018. Una reunión presinodal fuertemente deseada por Francisco para el Sínodo de los Obispos “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional “del próximo mes de octubre, en el que participamos unos 300 jóvenes, procedentes de todo el mundo y representantes de asociaciones y movimientos católicos y ámbitos como la universidad, la escuela, el trabajo, el ejército y el deporte. Además, en este esperado evento, han tenido la posibilidad de participar la juventud de otras religiones, ateos o no creyentes, junto a cerca de 15.000 jóvenes que han expresado sus pensamientos a través de las redes sociales, contribuyendo a esta importante reunión.

Una reunión diseñada para escuchar lo que los jóvenes tenemos que decir a la Iglesia y redactar un documento que será parte de los materiales útiles para los Padres sinodales durante el Sínodo de octubre.

Fue una semana llena de discusión, reflexión, discernimiento e intercambio de diferentes experiencias, religiones, culturas. Una semana en la que la síntesis y la habilidad de escucha fue esencial para poder llegar a un documento final, que fuera lo más posible expresión de lo compartido en común.

Los aportes para el trabajo fue elaborado a partir del documento preparatorio, dividido en tres partes con preguntas útiles para el diálogo y la comparación de los grupos lingüísticos. La primera parte se dedicó a la situación real que viven los jóvenes hoy en día: no a las estadísticas, los números, pero sí a una lectura real de la situación elaborado por nuestros jóvenes, segun grupos de interés, de la situación de los jóvenes de hoy , con un análisis cuidadoso de los desafíos y oportunidades que vivimos.En la segunda parte nos centramos en los grandes temas del Sínodo, es decir, la fe y la vocación, el discernimiento y el acompañamiento, cuestiones que han allanado el camino para que los jóvenes descubran a Jesús, la relación con la fe y la Iglesia, el sentido de la vida y el discernimiento vocacional, los jóvenes y la figura del acompañante. Finalmente, la tercera parte fue dedicada a la acción educativa y pastoral de la Iglesia y cómo en estas acciones, los jóvenes nos sentimos corresponsables y protagonistas.

La síntesis surgió de los grupos lingüístico, a continuación un comité de redacción tuvo la difícil tarea de sintetizar todo y escribir un documento, dos eran los proyectos propuestos por la Comisión, antes de la versión final del documento aprobado en la reunión de la mañana del sábado. A partir de una propuesta, el documento se ha mejorado, gracias a las numerosas enmiendas propuestas por los participantes, como una señal del interés común en el cuidado de elaborar un documento donde sea posible la expresión compartida por todos los participantes.

El documento final es en su primera parte, el testimonio de cómo vivimos los jóvenes en la actualidad, cómo vivimos la relación con los demás, cómo percibimos el futuro y cómo nos preparamos para vivirlo; y cómo vivimos la tecnología, entendida no sólo como un mero instrumento, sino como un lugar donde se pasa parte de la vida. En la segunda parte expresamos nuestra forma de vivir la fe y la Iglesia; la importancia de valorar la vocación de cada uno y no reducir todo sólo al cuidado de la vocación sacerdotal; concebir la experiencia del discernimiento vocacional como un desafío en el que contribuyen diferentes elementos, como la personalidad de cada persona, las diferentes experiencias, las diferencias culturales, la familia, el trabajo, los escenarios políticos. Vivir todo esto implica la necesidad de estar acompañado: la figura del acompañante surgió como un ejemplo de vida, humilde, no perfecto, que pueda atestiguar con su propia vida la fatiga y la felicidad.

El documento termina con el deseo de una Iglesia auténtica, que sepa ser una comunidad transparente, acogedora, honesta, alegre e interactiva. Una Iglesia creíble que no teme mostrarse vulnerable y admitir sus errores y, en consecuencia, comprometerse a enfrentarlos. Una Iglesia en la que los jóvenes podamos sentirnos protagonistas, asumir responsabilidades y ser corresponsables con ella.

Surgieron grandes temas, como un papel más fuerte y más presente de las mujeres dentro de la Iglesia y un nuevo enfoque del tema de la sexualidad. Un documento que al final fue realmente la síntesis del pensamiento de todos los jóvenes presentes, portavoces de muchos otros de nuestros pares, que hemos tenido el honor y la responsabilidad de representar.
Esta reunión nos permitió experimentar el discernimiento comunitario en primera persona, hacer el esfuerzo de rendir cada uno de su fe, cultura y experiencia para poder aceptar la fe, la cultura y la experiencia del otro y ser lo más posibles, jóvenes en salida, que miran alrededor en 360 ° y no de forma parcial. En esta semana hemos vivido la experiencia de la sinodalidad, de caminar juntos, con un objetivo: ser escuchados, afirmar nuestro protagonismo, nuestro deseo de participar y contribuir a este gran cambio de dirección que la Iglesia está tratando de emprender.

El pre-sinodo no termina con la entrega del documento final, pero continúa con nuestro regreso a casa, con el proyecto de nuestras vidas, nuestro compromiso, con el fin de ser testigos reales entre nuestros pares y contagiarlos con el estilo sinodal del discernimiento que hemos experimentado. Estilo para vivir en cada área de nuestra vida.

En la Plaza de San Pedro, durante el Domingo de Ramos, el Papa Francisco nos dijo que debemos gritar, acogemos su provocación y comenzamos a gritar desde todos los rincones de la tierra.

* Vicepresidente de la Acción Católica Italiana para el Sector de la Juventud y Responsable de la Coordinación Jóvenes del FIAC

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 El rostro de una iglesia joven
Luisa Alfarano*
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